“El sonido del disparo de una pistola se puede oír a tres kilómetros de distancia; el sonido que se transforma en palabras de una boca se puede llegar a escuchar en todo el mundo. Tus palabras dicen mucho, y tu arma no tiene balas que se puedan acabar”.
Sabemos que no a todo el mundo se nos da bien expresarnos y hablar en público. Hay veces en las que los nervios nos pueden y “se nos lengua la traba”. La comunicación es algo esencial en nuestra vida y realmente es algo que hacemos día a día, ya sea con nuestra pareja, amigos/as, familiares, etc. Cuando nos comunicamos con un grupo pequeño o personas de confianza se podría decir, más o menos, que resulta sencillo pero, ¿qué pasa cuando tenemos que expresarnos delante de multitud de personas? ¿Qué pasa cuando tenemos que exponer un proyecto delante de personas que aún no conocemos? La cosa cambia, ¿verdad?
Tranquis´que no estáis solos/as. Para ayudaros con este asuntillo, hoy os traemos a:
Ana Fernández Gordillo
Presidenta en el año 2018 y, actual miembro de la asociación Debate Dilema; coordinadora de ponentes en el equipo de TedxRealejo 2021.
Muchas gracias Ana por dedicarnos tu tiempo, Esperamos que os guste la entrevista que le hemos realizado para ayudarnos en el mundo de la oración.
Ana, ¡un placer! Estamos a un día de dar nuestra charla delante de todo nuestro grupo. Queremos darlo todo pero los nervios están a flor de piel, ¿algún consejo para el día de antes?
Lo principal es ENSAYAR. Y cuando digo ensayar, no me refiero a aprenderte de memoria la charla, me refiero a tener un esquema mental que te permita dedicar ese día a contarla delante de un espejo o de otras personas. Hasta la mejor improvisación hay que practicarla para evitar vicios, errores y descargar un poquito de adrenalina.
Errores comunes, ¿cómo podemos solucionarlos?
Si se te olvida algo de lo que ibas a contar en una charla ¡no entres en pánico! Generalmente nadie sabe que has preparado. Si te saltas 1 línea o 20 solo lo vas a notar tú. No des indicios de que pasa algo malo.
Fuera palmadas, manos de bolsillos y bailes con los pies: eso está genial para un concierto de Rosalía, pero no para hablar en público. Cuando quieras comunicar bien usa estos trucos:
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Cuando gesticules con las manos, que los movimientos siempre sean con las palmas hacia fuera.
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Usa los dedos para nombrar (nunca increpar), señalar direcciones, cambios de rumbo, frentes en tu discurso, etc.
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Evita movimientos de brazos muy efusivos que distraigan la atención del público.
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Muévete en forma de triángulo o rectángulo si estás fuera de un atril, es decir, sigue la estructura de tu discurso acompañando una estructura corporal. Por ejemplo:
Detrás del telón, quedan 20 minutos para nuestro momento, ¿cómo podemos calentar?
Bebe agua. Este consejo parece banal, pero responde a una cuestión meramente biológica. Si te estuviera persiguiendo un león en la selva, es decir, estuvieras en una situación de peligro, no podrías tomarte tiempo en beber agua. De esta forma, al beber agua antes de empezar le estamos diciendo a nuestro cuerpo que puede estar tranquilo, que no pasa nada y que todo está bajo control.
En segundo lugar, dedícalo a pensar en positivo. No todo el mundo tiene las mismas habilidades comunicativas ni existe una fórmula perfecta. No te juzgues antes de empezar (mucho menos al acabar), siempre tómalo como un reto y una nueva oportunidad de practicar.
Y lo más importante, quedan justo eso, 20 minutos: no cambies nada. Ya está todo hecho, usa ese tiempo para relajarte. Es muy poco tiempo como para hacer cambios estresantes de última hora que seguramente no vayas a dominar. Por eso es importante que ensayes antes.
La teoría está bien, pero en la práctica parece que todo se complica, ¿algunos tips generales para futuras charlas? ¿Cómo luchamos contra los nervios?
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Si te da miedo mirar a los ojos, mira al entrecejo: ¡nadie se va a dar cuenta y causa el mismo efecto!
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Ten un mantra, un objeto, frase o gesto que te sirva para ganar concentración a la hora de hablar (por ejemplo, abrocharse el botón de la chaqueta antes de empezar).
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Cuando uses soportes visuales, que sean simples y no roben tu atención. Un PowerPoint que lo dice todo, quita el sentido de escucharte a ti.
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Al apretar los dedos de los pies con fuerza, conseguirás descargar un poco de tensión.
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Si tienes problemas para vocalizar o proyectar la voz, ensaya tu discurso con la barbilla un pelín inclinada hacia arriba y con un lápiz en la boca.
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Intenta usar anécdotas en tus discursos. Lo que más nerviosos suele ponernos, es desconocer cómo se va a desarrollar (qué pasa si se me olvida algo, no sé cómo seguir, etc.). Si cuentas algo que te haya pasado o conozcas bien, vas a estar mucho más relajado porque es algo que conoces bien y no te puede fallar.
En último lugar me parece importante resaltar la importancia de ser coherentes con nuestras palabras. Equivocadamente, se ha hecho muy popular el mito referente a “no es lo que dices sino como lo dices”: ERROR. Es cierto que la comunicación no verbal es importantísima (apariencia, huella de comportamiento, lenguaje no verbal…), pero lo que decimos es igualmente importante.
Tu discurso ha de ser claro, comprensible para el público al que se dirija, con frases cortas y con una dinámica interesante como para que la gente no desconecte. Cuidad vuestros mensajes. Saber moverte con soltura es genial, pero no queremos ampliar la hemeroteca de memes con frases que no significan nada, porque recuerda, “Es el vecino el que elige el alcalde y es el alcalde el que quiere que sean los vecinos el alcalde”.
¡Mil gracias por tu ayuda, Ana! Ha sido todo un placer tenerte aquí. Esperamos que estos tips os sirvan de ayuda.
Como siempre, ¡muchas gracias y hasta la próxima!
Qué buen artículo, me ha parecido muy interesante. Gracias Ana!!